viernes, 29 de mayo de 2009

Historia del Lacanocookismo (2º Parte)

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Sartre dice que la filosofía materialista de Engels y Lenin es "impensable", en el sentido de un Unding, un pensamiento que no tolera la prueba del simple pensamiento, porque es una metafísica naturalista, pre-crítica, pre-kantiana, y pre-hegeliana, pero le reconoce generosamente la función de un "mito" platónico que ayuda a los proletarios a ser revolucionarios".

Leemos esta cita en el libro de Louis Althusser "Lenin y la filosofía". Aunque obviaremos detenernos en la discusión central que propone el texto, confiamos que vale la pena precisar algunas resonancias que nos provoca el virola francés respecto a una función del mito en la materialidad histórico-social del proletariado...

La construcción de un mito es eso..., una construcción. El mito como fábula, leyenda, acontecido en un pasado remoto e impreciso, encierra en sí una verdad histórica.


Matizar la hiancia entre sucesos reales e imaginarios, sorteando las trampas del idealismo y el empirismo --la dialéctica del lacanocookismo-- no excluye el repliegue emocional a la figura del mito, en tanto este elemento tiende a ser hegemónico en el partido LCK.

El Lacan que las hordas lacanocookistas imaginaban en Caracas, tenía existencia más allá de la propia persona de Lacan: producía efectos. Representaba al Otro negado de la historia, el éxodo del seminario 11 --la excomunión del líder-- en quién sus seguidores depositaban sus miedos y esperanzas.

Cierto clima de época, demagogia asamblearia que terminó adjudicando un rol aniñado a los discípulos en pos de un imposible y falso horizonte de igualdad y hermandad, llevó a Lacan a gestar el seminario "los nombres del padre"; queriendo redistribuir esta figura del líder-Padre-Sabio en distintas esferas del movimiento.

La oposición psicoanalítica, que lo negoció, no sin angustia, le indicó a Lacan que la metáfora paterna no debía ser desasida. De esta manera al Seminario "Los nombres del Padre" sólo se le otorgó una reunión.

"Tiene que ver más bien con la posición en que estuve durante dos años, la de saber que me estaban negociando; y me negociaban justamente quienes, respecto de mí, estaban en posición de colegas y hasta de alumnos". (Seminario 11, 1º Clase, pág. 12, Ed. Paidós. Jacques Lacan alude al "Vandorismo Psi")

"Se trata nada menos que de proscribir esta enseñanza, [...] y de convertir esta proscripción en condición para la afiliación internacional de la sociedad psicoanalítica a la cual pertenezco." (Seminario 11, Ibid. pág.11)


Así nacía una etapa de recelo y mutuas desconfianza, un violento repliegue hacia el círculo milleriano, expresado en la exitosa consigna que inoculó al interior del movimiento: "de la casa al consultorio, del consultorio al hogar". A veces esto coincidía: en la casa estaba el consultorio. Esto constituía una unidad topológica imposible de leer sin el respaldo lógico de la imagen de hermandad del pueblo analítico.

Claro que este encierro vaciaba a las 62 organizaciones psicoanalíticas, que ante su situación de extrema debilidad pegoteaban su lugar de semejante con el de AE. Gradación conseguida con el grito "queremos a-francesados en las listas".

En fin, pequeñas anécdotas que conforman aspectos ficticios y no tanto... A varias décadas de hegemonía del Brujo Miller, aquí, desde este humilde blog, recordamos ya no la mencionada consigna privatista, sino el fervor de aquellos lacanocookistas de antaño que no dudaban en cantar entre bombos y divanes: "estos son!, aquí están!, los soldados de lacan!!!"
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jueves, 28 de mayo de 2009

Comunicado de Roberto Retamoso sobre Historia del LCK

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Hemos recibido el siguiente comunicado del ilustre comandante Roberto Retamoso, en relación a la primera parte de la Historia del Lacanocookismo



Sencillamente, brillante. El mejor registro historiográfico que he leído de aquella gesta inconclusa, la marcha hacia Caracas.
Quizás podría enriquecerse con anécdotas y testimonios, como la de esa pareja de analistas locales que acordaron telefónicamente una entrevista con el Maestro para comenzar un análisis en Venezuela. "Si ahora las sesiones no tienen un tiempo definido (se habían terminado los consabidos 50 minutos donde a veces las sesiones se estiraban inútilmente mediante silencios usados de relleno) quizás en tres o cuatro sesiones de unos pocos minutos podamos terminar nuestro análisis formativo" supusieron. "Aparte, después del desayuno, o en algún vernisagge de ésos que se sirven cuando concluyen las deliberaciones y aún falta para la cena, podemos enganchar al Viejo en el lobby del hotel -viste que tiene unos sillones buenísimos que se pueden usar como diván, decía con entusiasmo ella- y practicar allí nuestro soñado análisis con el Sujeto Supuesto Saber Primero." Así fue como entregados a ese sueño adolescente marcharon a Caracas, para encontrarse con la sorpresa de que quien ofició de analista en tales circunstancias fuera el Brujo, el Yerno Inscripto y Reconocido como Hijo (político) en el Registro de lo Simbólico.
-"Pero cómo, no era con el Maestro..." balbuceó tímidamente él, para encontrarse con la respuesta contundente: "Todo lo que Él pueda decir lo digo yo, ya que sólo hablo la Palabra Suya. Desde ahora no sólo son también Sus Discípulos, sino que serán además Los Difusores de Su Palabra en el Cono Sur. Crearán las Escuelas de Proyección Lacaniana, venderán entre sus miembros las ediciones de los Seminarios que voy realizando, y tributarán por medio del Pase las Transferencias (bancarias) imprescindibles para sostener nuestro dispositivo institucional. "
-"Bueno, está bien -intervino entonces ella- pero y nuestro análisis?...
"Ah, Ja, me había olvidado..." - respondió con jovialidad El Elegido- "No se preocupen por eso. Ya utilizamos el tiempo lógico necesario, está todo claro, saben lo que tiene que hacer...Su análisis ha concluído!... "
Y así fue como ungidos en el cuerpo metonímico del Significante Vacío que Todo Lo Dice, regresaron a Rosario para desarrollar la extraordinaria tarea de convertirla en la Capital (sustituta) del Lacanismo Argentino.

Roberto
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viernes, 22 de mayo de 2009

Desafío ARI de la blancura

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Veíamos hace poco en el blog de Artemio el video que oportunamente había subido Diego F de Mundo Perverso, en el que escuchamos a don Mariano adjetivando a Néstor como una mancha en la piel de la república.




Si de manchas hablamos, para nosotros Pierre es como el Quijote de la Mancha, quien junto al Napia les toca el inexorable destino de ensuciarse por la patria.

Pero si sos progre y no te gustan las manchas, no te preocupes. No importa que te ensucies, ARI siempre te dará esa imagen limpia de blancura republicana aunque te pliegues y revuelques impúdicamente a los tradicionales reclamos de la oligarquía vernácula. Sí, a vos te hablo, a vos que lo estabas esperando, ya tenés para las próximas elecciones una propuesta más que republicana, y con profundas convicciones cívicas y morales...





martes, 19 de mayo de 2009

Masotta '56 – 5. Resignación, Pasividad y Golpismo

El guerrero y el santo, decíamos. Sin embargo, Victoria Ocampo dice: “... héroes o santos de la grandeza de un Gandhi”. El espíritu de Victoria Ocampo es una gruta con una vuelta secreta y pública a la vez: el héroe, no será el guerrero. Ni la espada ni el nervio definirán al heroísmo. Este, por el contrario, será flaccidez, pasividad, quietud, “resistencia pasiva”. Pero aún así: ¿resistencia a quién? ¿Con quiénes se solidariza ese espíritu que se autodefine como fe en triunfo de la quietud y de la espera pasiva y como rechazo de toda violencia? La “resistencia pasiva” en Gandhi, para decirlo en lenguaje sartriano, estaba en situación. Representaba la respuesta concreta de un pueblo frente a las imposiciones y las negaciones de la nación colonialista. Era una lección moral ofrecida a la nación opresora –la más inteligente de las lecciones ya que se basaba en el espíritu mismo (“profundamente” cristiano, protestante: “evangélico”) en que Inglaterra estaba comprometida por su tradición y por su historia. Pero era a la vez una táctica política, un modo de luchar de acuerdo a una estrategia definida, a fines precisos y a objetivos determinados. La “resistencia pasiva” en boca de Victoria Ocampo se nos ocurre en cambio fantasmal. ¿Quiénes son sus aliados? ¿Quiénes, concretamente, aquéllos contra los cuales lucha? ¿Cuáles son los principios de los otros que ella reivindicaría para sí, al estilo Gandhi, para ajustar el contragolpe? ¿Lucha ella del lado de aquellos hombres que en una sociedad que los niega necesitan de una liberación concreta para ser hombres? ¿Está ella contra esa negación que los viene de una sociedad injusta que los quiere objetos, miseria, ignorancia, cualquier cosa menos hombres? “Perdónanos nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores”. ¿Pero Gandhi, de quien tenía que hacerse perdonar? El “pongo” boliviano, el “roto” chileno, el campesino guatemalteco, ¿tienen acaso deudores a quienes perdonar? ¿Qué es lo que tienen que hacerse perdonar? ¿Sus enfermedades, su fealdad, sus robos, sus crímenes? Es estúpido: ellos nacieron en una sociedad que los preparó pacientemente para que no puedan ser otra cosa. ¿Esas “hordas peronistas”, que salieron a las calles a quemar iglesias, qué era lo que tenían que hacerse perdonar? A no dudarlo: la falta de delicadeza... ¡Ay, de ustedes nuestros queridos socialistas, de ustedes que ayer sufrieron algunas cárceles no demasiado incómodas, posteriormente golpistas declarados y más posteriormente responsables de casi la totalidad de las medidas antidemocráticas del presente gobierno democrático, hábiles salteadores de sindicatos, hábiles salteadores resguardados por las fuerzas de la Infantería de Marina, casi-valientes de ayer y cobardes de hoy, sostenedores y justificadores de todas las violencias llevadas a cabo en nombre de la moral y de todas las comisiones investigadoras que aún no han dejado de tener metidas las narices en el sexo de las adolescentes que tuvieron relaciones con Perón, ay de ustedes nuestros queridos socialistas hoy con la mierda hasta los codos y que otrora habían puesto todo el honor revolucionario en el anticlericalismo, de ustedes aquellas “hordas” esperaron algunas palabras de justificación! Era necesario decir muy poco: no que la destrucción de los templos, de los cálices e íconos era brutalidad o fealdad, sino que eran ineficaces. No que la dignidad de la cultura o de alguna dignidad sin nombre y emplazada por encima de la cabeza de los hombres adosara ipso facto un juicio moral a aquellas destrucciones. No que la fealdad se asimila a la maldad y el parecer al ser, como en el moralismo más craso. Era simple, había que comenzar por explicarles que tenían razón, que los templos, símbolos arquitectónicos de una moral divina eran a la vez los símbolos de la inmoralidad humana, que la historia de la Iglesia era la historia de la lujosa justificación divina de la opresión humana y que en este sentido ninguna moral podía enjuiciar la destrucción de objetos religiosos –catedral o crucifijo de madera– que tan largamente habían oficiado de “pundonor solemne” a la violencia humana. Había que explicarles que tenían razón. Pero a la vez, había que decirles que de la razón no surge de por sí una táctica. Había que explicarles que estaban equivocados en su manera de tener razón. Había que explicarles que en el juego político los objetivos inmediatos pueden no coincidir con los fines lejanos, o que difícilmente coinciden, y que si los últimos no deben dejar de ser apuntados pueden en cambio traicionar a aquéllos que los desean alcanzar demasiado rápidamente. Había que decirles que no tenían razón en su modo de estar equivocados. Brevemente: había que hacer recordar la experiencia española. Aquellos años de rebeldía y de anarquía incendiaria que terminaron por fortalecer a lo que se quería destruir.

(“Sur” o el antiperonismo colonialista en 'Conciencia y Estructura'. Ed. Corregidor. Bs.As. 1990. pp. 114-116)

domingo, 10 de mayo de 2009

Lacanocookismo Clientelar

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" Hay que ir casa por casa, cuadra por cuadra, manzana por manzana", parafraseó Dante Gullo, meses atrás, siguiendo el discurso de Néstor Kirchner, como si aquél desagravio constituyese un acto más de la campaña ya lanzada.

Hoy, con las listas confirmadas, damos a conocer el aporte del lacanocookismo:
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Para llegar a las próximas elecciones, romperemos el principio de la abstinencia y arriaremos nuestros pacientes, desde los divanes hasta las boletas K, prometiendo bajar el precio de las sesiones si votan por los KK. A esto le llamamos, una justa intervención clientelar, fundamentada en el grafo del tilingo y sustentada por el deseo-del-analista. Qué joder!
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viernes, 8 de mayo de 2009

Las 4 heridas narcisistas

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“Las verdades más espinosas acaban por ser escuchadas y reconocidas una vez que los intereses heridos y los afectos por ellos despertados han desahogado su violencia. Siempre ha pasado así, y las verdades indeseables que nosotros los psicoanalistas tenemos que decir al mundo correrán la misma suerte. Pero hemos de saber esperar”. Nuestro yo no soporta las heridas narcisistas, lo que, en “Una dificultad del psicoanálisis”, Freud llamará “las tres ofensas sufridas por el yo”: la cosmológica, la de la inmortalidad, y la psicológica. Otra vez, la otra escena destierra al yo de su soberanía absoluta."

El compañero Luis Gusmán

Para el lacanocookismo, fueron 4 las heridas narcisistas por las que ha atravesado el hombre en su reciente historia contemporánea. Las cuatro ofensas sufridas por el yo, a saber: la cosmológica, la de la inmortalidad, la psicológica y la justicialista (o populista).

Estas 4 heridas narcisistas fueron ejecutadas bajo el imperio de cuatro nombres: Copérnico, Darwin, Freud y Perón. Y las podemos resumir sucintamente en los siguientes puntos:

-> En relación al Universo
-> En relación al Animal
-> En relación al Inconsciente
-> En relación al Peronismo

Las resistencias provocadas por estas verdades, surtieron variopintos efectos condenatorios al interior de cada contexto en el que se desarrollaron y desarrollan. Estas verdades indeseadas, son el índice a través del cual nos introducimos en la dimensión de la responsabilidad del sujeto y la relación con su deseo.

Sabemos que nunca hubo mejor táctica que el saber-hacer, pero como lo demuestran las incontrovertibles reacciones que generaron estos pensamientos, este saber-hacer nunca ha sido sin un estratégico y prudente saber-esperar, sin menospreciar las poderosas fuerzas que se abaten como obstinada resistencia a su paso.
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martes, 5 de mayo de 2009

Masotta '56 – 4. El Grito y el Rezo

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Entendamos: en Sur no sabrían asignarse a sí mismos ningún tipo de actitud mediocre. Seguramente que se trata de espíritus abisales... ¿Y no es en el borde de dos abismos opuestos donde se sitúa, para Victoria Ocampo, la comunicación humana? Es importante, nos parece, señalar aquí que Victoria Ocampo sólo conoce dos modos de comunicación: el grito y el rezo. Y seguramente: ¿qué podría quedar de la palabra, del modo simple de reciprocidad, en ese espíritu roído por tantas contradicciones? De esa aparición de la cobardía en el lugar donde debería haber la valentía? ¿De la toma de conciencia de esa cobardía? Es seguro: confesión, llanto, ruego humilde y altanero a la vez, desafío, orgullo, culpa, desprecio, etc.; resumiendo: hay sólo dos modos de comunicación: gritar o rogar. Gritar, notemos, que es la negación del modo más simple de comunicación que es espera de la palabra del otro, simple reconocimiento del otro, para alcanzar a través de él el propio reconocimiento... En el origen del grito está el no reconocimiento del otro. La abolición de la contestación. Gritar es alcanzar al otro en lo que tenga de más esencial, alcanzarlo de un golpe y acallarlo. Más exactamente: herirlo. Herida de lanza o estocada: he ahí la imagen que más perfectamente remeda al grito en el seno de la comunicación. En el rezo, en cambio, se trata de hacer presa del otro, pero de distinta manera: envolviéndolo... Cuando oímos rezar, en voz baja, calladamente, las palabras cuyo significado no alcanzamos a entender van entrando en nosotros lentamente, como en contra de nuestra voluntad nos cubren, nos van ganando como por adherencia física, como un baño en que el agua fuera subiendo lentamente desde los tobillos hasta terminar por cubrirnos o como en el proceso de una enfermedad en que la fiebre aumenta lenta y sostenidamente hasta que al fin, apresándonos, termina por sumirnos en el desgano y en la postración. Obsérvese que rezo y grito forman una pareja en que el otro es puesto como objeto y nunca como libertad a convencer. Grito y rezo, espada y oración, el guerrero y el santo, o como bien dice Simona de Beauvoir, la bomba atómica y la cultura. Enemigo a doblegar o cuerpo calenturiento, el otro es en ambos casos suprimido como sujeto. Sujeto de conquista o de misión se tiende a convertirlo en objeto. Conquistadores y misioneros por un lado, seres dignos solamente de ser conquistados o salvajes poseídos por alguna religión pagana por el otro: entre estas dos especies de seres de naturaleza tan desigual es imposible el diálogo. Los segundos serán cuerpos para herir o para probar los adelantos de la técnica o salvajes que desconocen simplemente la lengua de la civilización: es decir, lo opuesto a lo que los primeros entienden por hombre. Y entre un hombre y un subhombre, se sabe, no cabría diálogo alguno. Entre un francés –hombre de la civilización occidental– y un malgache la palabra es imposible: sólo queda la policía o la cruz.

(“Sur” o el antiperonismo colonialista en 'Conciencia y Estructura'. Ed. Corregidor. Bs.As. 1990. pp. 112-113)

lunes, 4 de mayo de 2009

El rebrote del sistémico Marcos. Chiche fracasa como Pitonisa. La Antígona del Lacanocookismo.

Leemos el Ramble de Artemio. La instancia temida: la semestral oleada de declaraciones de Marcos Aguinis, el Otro Jedi latinoamericano que baja de su republicano espacio para disolverse en células chaquers a través transfusiones de cable, diarios, revistas... cada seis meses

En el "montaje" anterior, el Perro lo había adjetivado de una forma interesante cuando éste rumiaba sus conceptos edipierres: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/1-34401-2008-08-03.html34401-2008-08-03.html


"Marcos Aguinis, psiquiatra, novelista, propagandista liberal y autor de la biografía del almirante Brown, escrita a pedido de la DAIA como homenaje y donación al almirante Massera en 1977"
En la misma tribuna de doctrina expuso la “Psicología del tirano”, basada en un estudio del Edipo de Sófocles. “Los tiranos pueden acceder al poder con aplausos y felicidad. Hitler fue elegido. Chávez fue elegido. Eso no garantiza que una vez en el trono, mantengan la ley y merezcan ser alabados”. El tirano “se dedica a confiscar los bienes ajenos. Y no lo frena el pudor al mentir, en especial cuando asegura que ayuda a los pobres y débiles”, que constituyen “su ejército ciego, ignorante, que lo apoya para continuar atornillado en el poder. Dice que gobierna para todos, pero es mentira, porque margina sin clemencia a quienes no bajan la cabeza ante él ni doblan la rodilla”. Por si alguien no entendió, remata: “Cualquier semejanza con nuestra realidad nacional no es pura coincidencia”.


Las palabras clave (Constant Concept diría Carlos García):


Edipo de sófocles.
Hitler, Chavéz, fueron elegidos.
Confiscar bienes ajenos.
Mentir.
Pobres y débiles = ejército ciego e ignorante.


En las nuevas declaraciones que citó Ramble, además de rumiar las constantes, Aguinis produce un desplazamiento en el vector "Edipo de Sófocles". Recordemos que Aguinis resalta este libro para que podamos incluirlo en el "mundillo intelectual", porque sino....

"Edipo no aceptaba opiniones distintas a las de él . Edipo tenía pensamientos paranoicos respecto a quienes lo rodeaban. Edipo perseguía a quienes no comulgaban con su forma de dirigir el país y quería hacer lo que él consideraba estaba bien y lo satisfacía. Por cierto que esto lo levó a la catástrofe y finalmente él tuvo una suerte de percepción de que él no había visto las cosas porque no quería ver.

Psicologicamente se habla de que cuando él se arranca los ojos comete castración, pero también podemos decir en términos menos profundos, que se arranca los ojos porque odia esos ojos que no supieron ver a tiempo.

En Antigona, Sófocles que ya está ciego, se enfrenta con el tirano que lo sucede que es Creón, y Creón le dice :Edipo ya estás ciego ya acá fuistes, queres seguir gobernando ?... ya terminó lo tuyo . Y Edipo quería seguir gobernando.
Entonces aquí tenemos una analogía casi textual. Es como que Sófocles haya descripto a Kirchner..."

La parte más interesante de dicho desplazamiento es el movimiento sutil --es un movimiento sutil aunque en verdad esté contradiciendo la obra de Sófocles, despiadado y brutal movimiento "sutil"-- de imponer la ecuación Antígona-Cristina Fernandez; que se suman a la ecuación Edipo-Pierre.

De allí se destaca, ganando un perfil político-incestuoso, que en la generación siguiente, la de Antígona, la de la institucionalidad (?), "Edipo quiere seguir gobernando".

Paréntesis:
Que equivocado el doble comandita simple Dhualdista, previo a su fogueo con el intelectual Verón; recordamos a Chiche con Fontevechia: http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0196/articulo.php?art=2892&ed=0196#3

—¿Cuál cree que será el papel de Kirchner en un gobierno presidido por Cristina?
—Lo imagino queriendo opinar, y con razón. Si yo fuera Cristina, aceptaría el consejo. Pero ella no va a aceptar ningún consejo.
—¿Habrá cogobierno?
No creo. Cristina es muy narcisista. Tiene una personalidad donde se debe mirar todas las mañanas en el espejo y se debe amar profundamente.
—¿Imagina una situación donde Cristina, cansada de consejos que no quiere recibir, termine echando al marido de la casa?
—En esta Argentina, que a veces se parece a un país bananero, puede pasar de todo.
—¿No le parece inimaginable?
—No, no me parece.
—¿No vivimos un cogobierno entre Néstor y Cristina en estos últimos años?
—Ella es una mujer con una personalidad muy fuerte. Sus opiniones han tenido peso.
—¿Kirchner acepta las opiniones de Cristina pero no al revés?
—Sí, ella tiene una personalidad más fuerte.

En fin, no nos derivemos. El Lck, pronto va a dar respuesta terminante a los usos del psicologuismo en la política, donde apela el sistémico Marcos; pero vayamos a Edipo y Antígona.

En la obra Antígona, ella se ve concernida ante una decisión de desafiar la ley del Estado. Creonte, le niega la sepultura a Polinices (uno de sus hermanos): "que sea presa de las aves y los perros". Como expresa el psicoanalista Alejandro Ariel (El Estilo y los Límites), "no es una imagen banal que deshagan su cadáver sin que este haya tenido sepultura. Nos vemos situados frente a una decisión del estado donde se prohíbe la lápida, los ritos, la escritura de la existencia de Polinices, la escritura que atestigua la existencia de ese sujeto. Antígona decide enterrar a polinices"....
Como se ve, hay otras vías en Antígona.

En la obra Edipo, no es cierto que "se habla de que cuando él se arranca los ojos comete castración, pero también podemos decir en términos menos profundos, que se arranca los ojos porque odia esos ojos que no supieron ver a tiempo". Un pelotudo puede hablar en esos términos. "Comete Castración" ¿Qué es eso?.

No, absolutamente. El acto de arrancarse los ojos es un acto de Libertad, de desafío a los dioses que le habían escrito un camino, y luego de que éste lo siguiera cual chirolita, gozosamente le dicen que deberá mirar a su Padre en la otra esfera de reposo. Allí, al arrancarse los ojos, se arranca del campo de la mirada de los otros, es un acto de libertad, "no de no querer ver".

Pierre no se arrancó los ojos, tan sólo se recortó un poco de la mirada demandante de las corporaciones, construyendo su sostén propio, en un marco frágil pos 2001. Ahora debilitado, asoma algo que los Psico-críticos exclaman todo el tiempo: los K son impredecibles. Es decir, no comparten la "locura común".

Eso que según dicen: "es defecto", "psicología del tirano", quizá sea la virtud más importante. A ese no-predecible rasgo en los ojos de virola, se debe la feroz disputa por el sentido lanzada con la bandera de la Actriz Rucci entre otras cosas bochornosas.

domingo, 3 de mayo de 2009

Masotta '56 – 3. El sentido y la historia

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Y se puede, así, tocar fondo en el espíritu, embellecerlo y profundizarlo, no casualmente diciendo la verdad sino callándola. La verdad no dicha, interiorizándose, se hace más preciosa. Y se llegará al extremo de hacer de la cobardía de callar la virtud sustitutiva de la valentía de hablar.
[...]
Mientras tanto y en la práctica, estamos seguros de ganar muy poco asignando por decreto la maldad intrínseca a un gobierno salvo, eso sí, para justificar todas las maldades del régimen que lo ha seguido: posteriormente a 1930 los conservadores justificaban su gobierno recordando las deficiencias del régimen yrigoyeniano. Se comprende, por otra parte, de dónde sale la manía justificatoria del actual gobierno que chorrea en las páginas de Sur: junto al Mal absoluto todo Mal no puede más que inscribirse en lo relativo... En fin, lo que más predispone contra Sur es su buena conciencia. Por otra parte, creemos en contra del modo general de interpretar política de las derechas, que la historia tiene sentido: Perón –el aventurero, el hombre sin escrúpulos, sin moral, sin principios, el arribista, el cómico, el “monstruo”, el “personaje craso”, el “anticuado tirano”, el “hombre menos original” que los peores romanos, el falso, el hipócrita, el hombre de la voz “que conocía el registro de todas las infamias”, en fin, el payaso– no explica ni determina los diez años de peronismo que hemos vivido. Si la historia tiene sentido, si de alguna manera se puede hablar de sentido de la historia no se puede hacer de un hombre el productor absoluto de ese sentido sin caer en el absurdo. No se trata de discutir si Perón era un payaso o no (no lo era). Se trata de describir las condiciones que hicieron posible que ese hombre nos gobernara durante diez años, que es “ilusión comique” pudiera convertirse en la esperanza del proletariado argentino. Porque es necesario que la historia tenga sentido para poder imaginar la posibilidad de actuar sobre ella –y aún, para que el voto o la simple opinión política puedan levantarse sobre el escándalo que significa ya, en las sociedades liberales, el hecho de que se vote o se opine completamente a ciegas. De que se vote trabajando por alguna propaganda o por alguna demagogia...; como dicen en Sur. Pero se sabe, las propagandas, en las sociedades liberales y democráticas, están en la base de su pundonor por la libertad. La libertad política brota de ella de la idea de libertad y ésta toma cuerpo en la libertad de expresarse y de hacer propaganda. Es decir: la libertad de trabajar las conciencias. Y dicho al revés: lo que está en la base de las sociedades liberales es el profundo convencimiento –o la esperanza indomable...– de que la historia no tenga sentido.

(“Sur” o el antiperonismo colonialista en 'Conciencia y Estructura'. Ed. Corregidor. Bs.As. 1990. pp. 110-111)

Masotta '56 – 2. El Mal absoluto y el Mal relativo

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Pero se nos podría reprochar que estamos juzgando a Victoria Ocampo y a Sur desde un punto de vista que Victoria Ocampo y Sur han rechazado desde que se llaman Victoria Ocampo y Sur. Es decir, que los juzgamos sujetándonos no a lo que ellos son sino a lo que no son. Y en cierto sentido, es cierto: sí juzgamos a Victoria Ocampo desde un punto de vista de izquierda, o sindical o revolucionario, como quiera decirse, ella aparecerá como lo que no es: y al menos quedará consecuente consigo misma ya que ella nunca se ha dicho revolucionaria. Pero si ella no está con el proletariado ni por el proletariado ella está seguro con y por la burguesía: en una sociedad en la que hay víctimas y verdugos, como se ha dicho, no se puede no estar con los primeros sin hacerse cómplice de los segundos. ¿Es Victoria Ocampo burguesa? Seguramente: por su posición social y por la actitud que mantiene frente a su clase de origen. Pero en cambio sería difícil que ella aceptara reconocerse como tal. Los escritores de hoy, apoyados en la tradición de la literatura, tienen de sí mismos una concepción que no encajaría en lo que ellos entienden por burguesía. Debemos encontrar una imagen de Victoria Ocampo, extensiva en lo posible a los colaboradores de Sur, en la que ellos puedan reconocerse.

“¿A quién pues, se lincha en los Estados Unidos por haber violado a una blanca? ¿Al negro? No: a sí mismo. El Mal es proyección; yo diría aún que es a la vez el fundamento y el fin de toda actividad proyectiva. En cuanto al malvado es un hombre cuya situación nos presenta a plena luz del día y bajo una forma objetiva las tentaciones oscuras de nuestra libertad. Para reconocer a un hombre honesto no hay mejor manera de hacerlo que averiguar cuáles son los vicios que él odia en los otros con más pasión: y se tendrán las líneas de fuerza de sus vértigos y sus terrores, se podrán respirar el olor a que apesta su alma bella.”

(SARTRE: Saint Genet, Gallimard, pág. 34.)


(“Sur” o el antiperonismo colonialista en 'Conciencia y Estructura'. Ed. Corregidor. Bs.As. 1990. pp. 107-108)

sábado, 2 de mayo de 2009

“Sur” o el antiperonismo colonialista. Por Oscar Masotta

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Masotta '56 – Introducción

Sabemos que este texto no es de fácil acceso, así que publicamos algunos fragmentos de este gran ensayo escrito por el año 1956.

(queda a juicio del lector su pertinencia sobre los fenómenos acaecidos 52 años después)


Masotta '56 – 1. El espíritu y la verdad

Aquellos entre los lectores más rudos habrán buscado en vano en el número especial (237) de la revista Sur dedicado a los acontecimientos políticos de nuestro país (“Por la reconstrucción nacional”), acontecimientos que seguramente pasarán a la historia del espíritu... algo que no sea espíritu. Frente a la hemorragia de espiritualidad del grupo Sur es necesario que nosotros a nuestro turno comencemos por decir que contra el espíritu, nada tenemos. Y aun y si tuviéramos aquí lugar para ejercer una crítica estrictamente estética, creo que sería fácil demostrar el bajo nivel cultural de los artículos que componen ese número: nos limitamos entonces a declarar nuestra insatisfacción espiritual. Espiritualmente, Sur no convence. Si por espíritu entendiéramos la condición necesaria para realizar o para gustar arte no creo que no podamos afirmar, hoy, lo que se nos ocurre una franca decadencia artística, cultural, espiritual de la revista, pero esto poco importa. Lo que importa en cambio es saber –desde el momento en que Sur es algo así como la vedette encargada de exhibirse rodeada de los mejores “espíritus” argentinos –¿qué es lo que se entiende en Sur por espíritu?–. Espíritu, arte, moral, ciencia: es necesario salvar a las elites de la irrupción de las masas en la historia. Salvar a las elites es salvar al Hombre nos dice Guillermo de Torre en un largo artículo donde remite los lugares comunes más gruesos de los más finos ideólogos burgueses. Las masas, nos recuerda sin embargo Guillermo de Torre, no son “sólo ni principalmente las masas obreras” sino “el conjunto de personas no especialmente calificadas” (es decir, lo contrario de las minorías “individuos o grupos de individuos especialmente cualificados” [1]). Estos grupos “especialmente cualificados”, así, no se opondrían a los intereses de la masa trabajadora. En Sur no son antiobreristas. Es seguro: aman demasiado todo lo humano como para no amar al obrero. Desde las primeras páginas de la revista ellos se ponen a cubierto del reproche de olvido de la miseria humana: “Mientras las sociedades modernas segreguen miseria como un producto normal de su funcionamiento, no puede haber en ellas reposo para el cristiano.” [2]. Pero, y desgraciadamente, y dos renglones más abajo leemos: “Mientras los estados segreguen la no libertad de expresión como un producto normal de su funcionamiento no puede haber en ellos lugar digno para el artista.” De este modo el lector se topa a la vez que con el repudio de todo régimen dictatorial, con una toma de posición en el plano de la política internacional. Por un lado con el rechazo casi apodíctico de un mundo cuyo “normal funcionamiento” supone la “miseria”; por otro lado con la afirmación de que la dignidad humana es inseparable de la dignidad especializada, la podríamos llamar así, del artista. Indudablemente: dos verdades. Y no podríamos ir en contra de la segunda sin hacernos sospechosos de brutalidad o de grosería. Pero basta que en Sur sean afirmadas las dos del mismo golpe y con fuerza equivalente para que reencontremos el fundamento general del anticomunismo. Porque creemos entender: esas dos verdades no pueden ser afirmadas simultáneamente más que como una rebeldía que se nos ocurre estéril. Determinarse por la “dignidad” y la “libertad” del artista significa, concretamente, en el plano de la estrategia cultural internacional, hacerlo en contra de la URSS. Y la esterilidad, nos parece, forma aquí sistema con la dinámica contradictoria del pensamiento de los intelectuales pro-occidente y con un desprecio nunca confesado por la verdad. Es necesario entonces, así sea rápidamente, que nos detengamos para hacer recordar aquellas contradicciones y este desprecio.
La “verdad”, para el grupo Sur (“esta es la palabra en la que me detengo, esta es la palabra a la que quería llegar”), significa el no olvido de la publicación de “testimonios” sobre los campos de trabajo soviéticos..., pero a la vez el silencio absoluto sobre la empresa de colonización yanqui en el sudeste asiático por ejemplo, o en centro y sudamérica, etc.... La “verdad” (“aquello sin lo cual nada sólido y nada grande puede construirse”) significa ser preso de la necesidad imperativa de “enterar a la opinión” sobre la situación del intelectual de detrás de la cortina de hierro, a la vez que al mudismo más cortante sobre el macarthismo cultural en los EE.UU. Significa, en fin, tener fe en que las discriminaciones sociales en los EE.UU. desaparecerán un día seguramente por el ímpetu avasallador de la bondad humana, y, en fin, callar, a pesar de que “todas las persecusiones disimuladas bajo formas codificadas y legales nos parecen igualmente odiosas”. Pero todo esto es historia antigua y el modo de superar las contradicciones de los grupos que en el plano internacional sostienen la posición de Sur ya no puede sorprendernos: nominalismo, cinismo, etc. [3]. Lo que en cambio no deja de sorprendernos es que Sur, y siempre en honor de la “verdad”, sale a la calle en momentos que el golpe “democrático” de Aramburu decanta la simultánea destrucción de la unidad sindical argentina, lo que no podría dejar de contradecir la “tradición profunda de nuestro país, que es una tradición democrática”, sin una línea, una “entrelínea” de reproche, y en cambio con algunas de justificación: “... felizmente para la lucidez y la seguridad de los argentinos, el régimen actual ha comprendido que la función de gobernar no es patética”, escribe Borges.

(“Sur” o el antiperonismo colonialista en 'Conciencia y Estructura'. Ed. Corregidor. Bs.As. 1990. pp. 103-105)

[1] Sur, Nº 237, pág. 66.

[2] Sur, Ibid., La hora de la verdad, pág. 2.

[3] En la polémica general entre comunismo y liberalismo, el segundo reprocha al primero, el empleo metódico de la astucia, el engaño y la mentira. Los comunistas han contestado que el amor a la verdad ha servido para enmascarar -como lo señalaba M. Ponty en 1947- la represión de las huelgas en EE.UU., la intervención militar en Palestina y en Indochina, el desarrollo del imperio americano en el Medio Oriente, etc. Sin embargo, los liberales no han dejado de conservar, digámoslo así, el monopolio de la verdad, el respeto a la ley y a las conciencias..., como la característica definitoria de su política. Simone de Beauvoir, señalaba recientemente el caso de Burnham, un maquiavelista convencido que no deja de adscribir a la zona de la verdad...
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