sábado, 30 de agosto de 2008

La Ley del más fuerte.

Desgrabación de la primer parte de la de la entrevista de Eduardo Aliverti a León Rozitchner en los principios del conflicto. www.marcaderadio.com.ar

Aliverti: A mi me interesaba particularmente que León esté en el piso con nosotros, además de la valía intelectual que cabe conferirle a León, de ser uno de los intelectuales más brillantes de la argentina según es reconocido unánimemente. Es particularmente atractivo en un momento como el que se vive con el movimiento campestre, gauchocracia, "campo" o como quiera llamársele; y por sobretodo, porque yo creo que es conocida en cualquier ambiente académico, intelectual, periodístico, tu postura reactiva a lo que en muchos aspectos ha significado históricamente el peronismo. Y resulta ser que ahora bajo un gobierno peronista, por lo menos en lo que tenia que ver con la construcción del relato, uno se siente, al menos en lo que tiene que ver con el choque con el llamado "campo", no precisamente del palo de ellos, pero si del palo de poder meterles la mano en el bolsillo a la renta extraordinaria y entonces en algún punto, como te cuestionan algunos, quedas pegado al kirchnerismo. ¿Vos como vivís esa tensión?

León: Bueno mira, es un poco inquietante. Yo me estaba preguntando antes de venir acá, ¿Para que venía?, porque realmente hay un estado de ánimo confuso respecto de lo que está pasando. Que justamente, es esto mismo que vos estás señalando: tener que adherir al Peronismo, hemos llegado (risas)... y sin embargo hay que hacerlo parecería, justamente por eso que decía Perón: el peronismo era una bolsa de gatos, que hacía mucho ruido porque se estaban reproduciendo. Acá pasa un poco lo mismo, se esta reproduciendo, y alternativamente se orienta para un lado, la izquierda digamos en parte, y de pronto, ahora parece que están recogiendo tupidos los de la derecha. Yo creo que esto es un poco la consecuencia del derrotero de la argentina, que comienza que viene ya desde el Peronismo anterior, el primer peronismo que ha pasado por la resistencia de los que están abajo. Porque Kirchner pudo hacer la política que hizo sin la necesidad de recurrir a lo popular, para decirlo de alguna manera, para imponer una dirección, orientación que sin embargo contó con el apoyo de todos. Ahora ¿como hace en el momento en que la coyuntura parece que tiene que dar cuenta de que esa política por la cual suscitaba el apoyo, tiene en realidad una base Peronista Populista?
Bueno, yo creo que es acá lo que lo pone a Kirchner en una disyuntiva muy decisiva. O realmente realiza y desarrolla aquello que prometió cuando de alguna manera los votos de la pobre gente fueron para apoyarlo o realmente pasa del otro lado, o se mantiene en la oscilación que hace que gran parte de la gente pobre, los chicos de los barrios, realidad que subsiste y ha subsistido bajo el gobierno de kirchner, entonces como hacemos nosotros para compatibilizar una cosa con otra. El apoyo a Kirchner en este momento que es necesario hacerlo... Kirchner no digo como figura, sino el lugar político que él ha abierto a pesar de todo, y que hay que reconocerle y sin embargo no poder conciliarse, no poder apoyar, las consecuencias que esa política ha tenido en la medida en que se ha distanciado de la gente

Aliverti: ¿Que grado de peligrosidad le das al movimiento Gauchocrata? Es la derecha de siempre de la argentina o hay alguna novedad?

León: Mira, yo no creo que haya novedades, lo que hay en última instancia es que han tenido que recurrir a ciertos discursos robados a la izquierda, para ser recibidos por la totalidad del público. Porque en última instancia, estas viendo que aún los tipos de las cuatro... las cuatro entidades, han aparecido pidiendo y mostrando que "también en ellos hay una decisión de modificar la comercialización de los productos... y atacan a las grandes empresas... pareciera que se desliza por allí un discurso que de alguna manera trata de captar también a la izquierda, como si a través de esto que esta pasando --y por eso creo que una Vilma Ripoll y alguno más se engancha por ese lado-- resultara atractivo ese deslizamiento que la derecha tiene hacia la búsqueda de un imaginario que no tuvo ninguna afirmación en el gobierno de Kirchner realmente, esa es la desgracia. Kirchner ha dejado abierto un espacio imaginario que está tratando también la derecha de volcarlo y aprovecharlo para si misma, ahora que lo logre o no lo logre no sé; pero lo que me parece claro es lo siguiente: si los Kirchner no abren un espacio que permita en la realidad de los hechos integrar a los que han sido de alguna manera requeridos para el apoyo, pero desdeñados en la aplicación de las medidas, yo creo que el gobierno de Kirchner se suicida.

Lo que yo sigo afirmando siempre es lo siguiente: ¿Por qué uno apoya este gobierno? ¿Por qué apoya ese lugar?
Yo pienso que cuando Kirchner llega al poder, y en ese hecho que para mi fue central en el comienzo de su política; poner el cuerpo, a su manera, lo haya hecho porque evidentemente los militares ya no tenían poder, lo que fuese. Pero abrió un espacio. Digo, cuando hace bajar el retrato de Videla y le obliga y le pide, le ordena al jefe del ejercito que lo haga él, y no que lo haga un subordinado, es una situación ejemplar que abre un espacio imaginario nuevo en el campo de la política argentina. Porque al mismo tiempo, en el terror, que viene desplazándose y prolongándose, desde el genocidio, y que ha hecho posible la política de derecha y que Menem entregara todo y que los espacios fueran invadidos por los medios de comunicación estupidizando a la gente... Yo digo que a partir de ese momento, me parece, que ha permitido que al enfrentar esto como una figura pública central, en el campo de la política, se nos abriera un poco el cuerpo a todos, todo el país que estaba sintiendo un sometimiento oscuro hacia el terror, yo creo que se ha abierto un espacio interno para cada uno de aquellos que lo escuchaban o vieron la escena. A partir de ahí se inicia un campo político diferente en la Argentina, donde el terror está mantenido a distancia, y por lo tanto abre un espacio donde el ejercicio del poder político ya no depende de la amenaza del terror, sino que está llevando a la gente a que pueda penetrar y pensar la situación y vivirla, sobretodo a nivel afectivo e imaginario de una manera diferente.
Yo pienso que en ese espacio que inaugura el kirchnerismo, ese espacio es el que todavía en este momento hace que uno insista en mantener el apoyo al gobierno, porque todo lo que viene atrás, esto de la demanda económica del campo, lo que ha hecho es de alguna manera conglomerar, hacer que todo aquello que estaba pospuesto, todo esto que había sido desalojado del espacio del terror vuelva nuevamente por sus fueros para tratar de imponer nuevamente la ley del más fuerte, contra toda demanda, contra toda ley democrática.

Boomp3.com

"Bienpensantes" 1.


¿Hay escrache bueno y escrache malo? Ver a Juan Cabandié, ex miembro de HIJOS, despotricar contra los escraches fue igual de desolador. También escuchar que estos escraches son violentos y los otros no. ¿Meterle el pie a Alemann o tirarle huevos a un milico eran sólo pasos de danza clásica? La lógica del escrache descansa en la idea del repudio social: es arbitraria y anónima (??), y muy susceptible de ser manipulada, pero es buena para todos o mala para todos.

(Por Jorge Lanata, el nuevo capocómico del maipo. Patético reemplazante del cumpa la Tota).
http://www.criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=7508

viernes, 29 de agosto de 2008

Hasta que el Estado se someta ¡No debe hacer retenciones!

Rubén Dri

El Estado mínimo es el Estado más extenso que puede justificarse; cualquier otro Estado más extenso viola los derechos de todos” (Robert Nozik)

Parecía que todo el problema era la célebre Resolución 125. Antes estábamos bien, había dicho el ángel exterminador de Gualeguaychú, mientras cortaba rutas y seguía usufructuando de la renta que le proporcionaba la soja. El gobierno fue cediendo ante las amenazas y las agresiones, haciendo concesiones para los “pequeños” productores de la Federación Agraria, comandada por el gran Buzzi, el más amenazante de los jinetes apocalípticos.

Buzzi no las aceptó, porque el problema no era la mejora de sus “pequeños”, sino la derrota del gobierno, para someter al Estado, aunque ello significase por el momento la pérdida de beneficios. En realidad no se equivocó. Los que se equivocaron fueron los que pensaban que realmente la Federación Agraria era la Institución que representaba a los pequeños productores. Éstos hace mucho que están afuera, no cuentan en la lucha de Buzzi, cuya tropa hace de fuerza de choque de las grandes corporaciones.

Lo que buscaron las corporaciones agrarias desde un principio y siempre fue someter al Estado, eso que antes se llamaba “golpe” y que ahora, en la época posmoderna, se denomina “lógica destituyente”. Para ello era y es necesario debilitar al máximo al gobierno y, si es posible, hacerlo caer. Aquí es donde Buzzi tiene razón en no haber aceptado las mejoras que le concedía el Estado, porque una vez que éste se someta, la senda para los negocios agroexportadoras, queda abierta sin límites de ninguna clase.

En esos negocios entra sin duda alguna la Federación Agraria, porque su composición ha cambiado profundamente. Ahora está conformada por rentistas que usufructúan colosales ganancias. Desaparecido el Estado como orientador de la política económica, los beneficios perdidos serán recuperados con creces.

El titular de Federación Agraria suele ser claro: “Tal como dije el 25 de mayo en el acto de Rosario, el gobierno sigue con una política que es un obstáculo para crear riqueza y empleo”. Más claro todavía fue en Olavarría afirmando que el gobierno de Cristina Kirchner es un “obstáculo para crear políticas virtuosas que permitan generar riqueza y empleo desde la producción agropecuaria”, para terminar afirmando “vamos por más”.

En realidad esto debió estar claro para todos desde el inicio de la ofensiva de ésta, la derecha de siempre con nuevos métodos, denominada ahora “nueva derecha”. Si el gobierno es un obstáculo, ¿qué hay que hacer con él? Lo mismo que se debe hacer con todo obstáculo, eliminarlo. ¿Cómo se llama a esto? ¿Golpe, lógica destituyente? El nombre no importa demasiado, pero no podemos equivocarnos en lo que significa.

Luciano Miguens, el verdadero dirigente del movimiento golpista, nos aclara cuál es el obstáculo que representa el gobierno: “se insiste en la aplicación de la intervención en el ganado en pie en Liniers, el control de precios, la suspensión de exportaciones, las retenciones”. Esto es lo que se discute, no si las retenciones tienen que ser más bajas, si tienen que ser segmentadas u otras cuestiones en las que tantos se perdieron.

La lucha golpista de las corporaciones agrarias, por un cruel eufemismo denominadas “el campo”, es para que se aplique a raja tabla el imperativo categórico ¡no debe hacer retenciones! El secretario de Agricultura, Carlos Cheppi, tuvo que confesar: “Son opositores, no quieren negociar”. Evidente, con un obstáculo no se negocia, se lo suprime. Ésa es la “lógica destituyente”.

Se acercan las elecciones legislativas y naturalmente, las estrellas que aparecieron en el lock out golpista son codiciadas por los partidos de la oposición. Los jinetes se prestan al juego, pero no caen en el engaño de creer que es precisamente allí donde se debe poner el peso de la lucha. Sin despreciar las ventajas que puedan tener al disponer de representantes en la Legislatura, se reúnen a los bordes de las rutas y amenazan con un nuevo lock out.

En todo caso, si necesitan de la aprobación de determinadas leyes siempre tendrán a mano los instrumentos de que ya dispusieron para lograr la victoria sobre la 125, el amedrentamiento a ciertos legisladores y sus familias.

Buenos Aires, 25 de agosto de 2008