martes, 13 de enero de 2009

Historia del Lacanocookismo (1º Parte)

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Introducción:
Ya en periodo de vacaciones y ante la inmensa catarata de pedidos (?) para que dejemos de encanutar los archivos secretos del lacanocookismo, vamos a comenzar con un primer folio, testimonio del affaire Caracas, más conocido en aquellos tiempos como la “operación retorno”, en la cual se intentó infructuosamente traer el líder a la Argentina.

Infructuosamente decimos hoy, sin temblarnos la copa, pero no olvidamos que lo hacemos con el diario del lunes. Es que en su momento la enrevesada madeja de complicidades y traiciones subterráneas fueron siempre un escollo para el joven movimiento lacanocookista. Aquel no supo cotejar las efectivas relaciones de fuerza que se jugaban en torno a las 62 Organizaciones Psicoanalíticas, de las cuales, ante la inminente ruptura por divergencias en la Conducción de los análisis, han pasado a la historia sólo unas pocas, entre ellas, Plataforma, Lacanocookistas, Documento, y la triunfante hasta nuestros días EFBA-EOL, la que será -no sin prisa ni desasosiego- inscripta en la AMP (Asociación Mundial de Psicoanálisis), organización transnacional de corte neoliberal, que en los tiempos de la llamada globalización intentará (e intenta) homogeneizar todos los discursos en la integración a una estructura neutralizada.
Esta nefasta hegemonía llegó a neutralizar la potencialidad imaginativa de las bases psicoanalíticas en las riberas de la llamada ‘excepcionalidad argentina’, pero para tranquilidad de los lectores, este infame dominio felizmente llegó a su fin, como profetizó nuestro pai Emilio, promediando el año 2070, fecha en que se inicia el período en que la zafra de ‘analistas patagónicos’ devolvieran al hombre –y al argentino– a sus divinas proporciones.


CARACAS, VENEZUELA




“Si no estuvieran sólidamente apoyados en la certeza de que hay un fin... ¿Acaso podrían soportar esta historia?”
(Jacques Lacan)


Este fraseo constituye uno de los fragmentos audiovisuales que resistieron a los sombríos años, urbit et orbi, del millerismo.

Antes de partir a las costas de nuestro prócer Simón Bolívar, Lacan pronuncia en su Francia natal las siguientes palabras:

“Estos lacanoamericanos, como dice, nunca me han visto, a diferencia de los que están aquí, ni escuchado de viva voz; pues bien, eso no les impide ser lacanos. Parece que, más bien ayuda. De seguro es el porvenir. Y por eso me interesa ver qué pasa cuando mi persona no hace pantalla a lo que enseño. Es muy posible que le sea de provecho a mi matema.” (Lacan antes de viajar a Caracas en 1980)

Corría el año 1980 cuando el avión negro que traía de Europa a nuestro líder es detenido en el aeropuerto brasilero del Galeão, con el único objetivo de impedir que hiciera escala en la Argentina, para así dirigirse directamente a la anunciada ciudad caraqueña. Algunas interpretaciones trasnochadas aducen que la evitación de la Argentina en su gira se debió a “su” (ya veremos por qué) decisión de esquivarle el bulto a la dictadura aún vigente en nuestro país, en donde miles de hordas lacanocookistas esperaban ansiosas ese momento para conducir la subversión-del-sujeto, esa que habían aprendido en las célebres páginas de sus seminarios en donde era diagramado, entre otras cosas, el grafo del tilingo.

Algunos lacanocookistas de antaño recuerdan de aquellos días la génesis de la frase incorporada luego al manifiesto.

“¿Si Cooke tuvo la utopía (por imposible) de querer llevar a Perón a la izquierda, por qué nosotros no vamos a tener la utopía (también imposible) de querer llevar a Lacan a la izquierda?”

fragmento del Manifiesto Lacanocookista

La disputa entre diferentes sectores por la hegemonía del lacanismo era predecible pero no así tal inusitada violencia. Octave Manonni ex funcionario en las colonias francesas espetó al comité del lacanocookismo: “la verdad no entiendo para qué vienen acá, me parece que venir acá es como un acto de colonizados, que vienen a buscar que alguien los colonice”.

Severino Manusovich le arrojó una trompada que no llegó a destino, tal vez fuera por la torpeza del ruso, debido a la circunferencia de su cintura, característica inolvidable de aquél emblema del lacanocookismo y de la Seccional Córdoba de SMATA -sindicato de mecánicos-.

La gauche caviar parisina, izquierda cómoda si las hay, no estaba dispuesta a hacer concesiones ni entreverarse peligrosamente en relación a la mixtura con la obra babycookeana.

Pourquoi est-ce que vous êtes arrivés à cette heure?, (¿Por qué llegaron a esta hora?), Lacan furioso en el primer encuentro-reunión “a la canasta”, donde nos habíamos comprometido a llevar el hielo y las sombrillas.

Luego del enojo inicial pudimos intercambiar ciertas lecturas ya en Venezuela, pero habíamos visto como venía la mano y nos retiramos dos días antes de que terminara el congreso. Habíamos ido a Venezuela porque iba Lacan, nada más que por eso, aunque ya Luis Pochoneta Blue Eyes, maestro muy querido, nos había dicho: “no hay que ir. No se dan cuenta que está manipulado?”.

Le dijimos, “pero bueno, viene Lacan, viene el maestro, como no vamos a ir?, yo voy”.

Es que allí no podíamos creer lo que veíamos. Era un grupo de militantes donde estaban los hermanitos Miller, las mujeres respectivas, estaba Silvestre, estaba Serge Cottet, estaba Eric Laurent, Colette Soler, que como militantes, en un cuadernito anotaban todos los datos de cada uno, averiguaban todo, manipularon el congreso.

Ya el 12 de Julio, reunión que quedó registrada como la clase 7 del seminario 27, pudimos presenciar varias escenas. En una de ellas decía nuestro líder:

Es un mérito de ustedes, porque más de uno se ha atravesado en mi camino hacia Caracas. Las apariencias, en efecto, indican que esta reunión molesta a mucha gente y, en particular, a quienes hacen profesión de representarme sin consultarme. Entonces, cuando me presento, por supuesto, no dan pie con bola”.

En ese momento Lacan señaló su cara, más específicamente la zona aledaña a su barba, haciendo una obvia alusión a los “imberbes” que irresponsablemente decían representarlo. A su lado el Brujo Miller le hace una seña de visto bueno, guiñándole socarronamente uno de sus ojos.
Esas palabras del líder provocaron una tremenda situación de inquietante extrañeza en varias agrupaciones, entre ellas, Lacanocookistas, siniestra revelación que nos recordaban las rudas advertencias que nos había impartido desde la Argentina Luis Pochoneta Blue Eyes antes de partir.

“Observen que en mi nudo –continuaba Lacan– lo real queda constantemente figurado con la recta infinita, o sea, con el círculo no cerrado que supone. Con ello se sostiene que sólo pueda ser admitido como no-todo.”

Aquí el Brujo hizo cara de lamento, testimonio de su infructuoso intento de hacer que Lacan dijera lo contrario, es decir, de ceñir la potencia de su movimiento a un estrecho círculo gauche-caviarense del cual se pudiera tener fácil control.

Sin embargo este armado nos pareció demasiado. Avisamos que nos íbamos, “nos vamos al caribe sur” fue el comunicado, y mantuvimos la elegancia. Pero todos sabían que ese apretado movimiento en el dinamitado tablero del ajedrez lacaniano, situaba a las hordas del lacanocookismo en los principales sospechosos del Brujo, el cual desde siempre tuvo recelo y desconfianza con las incorrecciones y humoradas del burdo lacanocookismo.

Al principio nos habían invitado a una reunión en la casa de Diana Rabinovich, donde Miller dijo: “bueno, ahora Eric Laurent, vamos a trabajar con todos los colegas que están aquí, la ubicación en el aeropuerto, deciles, Eric, cómo va a ser”, y durante dos horas dijo qué lugar tenía que ocupar cada uno, incluyendo las mujeres de cada uno. Cuando terminó, preguntó “¿que les parece?”, eran los últimos coletazos del viejo Lacan, el Brujo ya se hacía pasar por él y firmaba sus cartas, algo que después lo supo todo París.

Continuará...

PD: Pese a todo, recordar al quijote francés con su camisa estilo wawancó, nos lleva al legado de una época en la que los debates intelectuales, el lacanismo y el peronismo encarnaban el sueño de libertad. En esta sociedad construida como reflejo especular de Europa, y en la que en adelante accederían a la disputa por el poder los hijos de los inmigrantes y criollos, el lacanocookismo parecía poder aportarle a cada sujeto un conocimiento de sí mismo, de sus raíces, un origen, una genealogía.

lunes, 5 de enero de 2009

Invasión de Arácnidos Cuyanos

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Leemos en Infobae.


Arañas gigantes atemorizan a todo un pueblo

Vecinos de barrio Kirchner, en Albardón, provincia de San Juan, encontraron insectos de 15 centímetros de diámetro. Están muy atemorizados y dicen que también hay escorpiones y otras alimañas


Un chico de cuatro años, encontró dos arañas gigantes, mientras jugaba entre los yuyos de la vereda del barrio con una caña. El susto del niño fue más que justificado. Según consigna el Diario de Cuyo, del pasto salieron dos arañas de 15 centímetros de diámetro cada una.

Lejos de ser un hecho aislado el padre del pequeño Juan Gabriel Guajardo y otros vecinos de barrio Kirchner, de Albardón, en San Juan, corroboraron que allí se encuentran "alimañas peligrosas, no sólo arañas sino también escorpiones".

"A la señora que vive al lado de mi casa le salió una araña gigante de abajo de la cama de la bebé", relató el hombre. El miedo ya se apoderó de los habitantes de la zona y las historias (con asidero o no) se multiplican. Según el padre de Juan Gabriel, antes de poder atrapar a una de las arañas, ésta picó al gato de la familia, que murió minutos después.

El barrio, llamado Presidente Kirchner está muy cerca del cerro Villicum y en frente hay un descampado. Está integrado por 156 casas distribuidas en 8 manzanas. Las viviendas fueron construidas mediante el Programa Federal de Emergencia Habitacional, que depende Presidencia de la Nación. La obra tuvo un costo de unos 3,2 millones este barrio es que fue construido a través de 39 cooperativas de trabajo, que emplearon a 650 personas durante un año y medio, en su mayoría planes Jefes de Hogar.

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último momento:
aseguran que un ejemplar de estos arácnidos cuyanos estuvo rondando en las cercanías del congreso



viernes, 2 de enero de 2009

Sterben Sie?, Mueren ellos?

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La cifra de muertes, 200 un día, 400 otro, la precipitación del nivel de ellos aumenta con la violencia inusitada de un fenómeno meteorológico moderno. Prolifera por los medios ante nuestros ojos que, en un primer momento, rechazan la masacre que se está viviendo entre Palestina y el estado de Israel, pero luego, no dejan de caer en la irreductibilidad de tal conflicto y de la imposibilidad de una salida pacífica ante el escenario con que se presenta resolverlo. De a poco, van filtrándose y ganando terreno las consideraciones que se precian de realismo. De realismo lingüístico, conquista histórica de las palabras, y de las sanciones de legitimidad que se ciernen sobre el problema. Así van tomando relieve las perspectivas dignas de llevar el faro de la civilización contra la barbarie, las palabras de una Pilar Rahola, un Marcos Aguinis, un Mariano Grondona, frente a la brutalidad de los palestinos, y también, claro está -y no dejan de remarcarlo-, de la infame chicana con que llaman a quienes pretenden cuestionar sus políticas: ‘izquierda antisemita’, leftist, dicen altivamente, como si se tratara de una cuestión de racismo, y no de intervencionismo y expansionismo militar.

Sterben Sie?, significa Mueren ellos? Eran las palabras de Heidegger frente al fenómeno de la muerte y a cómo se manifestaba en determinados lugares y en otros, al parecer, no.

Sobre este ineludible tema remitimos al artículo expuesto en la revista Conjetural Nº44, en donde Jorge Jinkis coteja un artículo (Das Gestell) de Heidegger con las palabras de Videla vertidas en una conferencia de prensa. Parte del mismo ha sido publicado en la sección Psicología, del diario Página12. Recomendamos su lectura.