domingo, 18 de septiembre de 2011

Jornadas de la Cátedra libre Oscar Masotta --Psicoanálisis, salud y políticas públicas.



Jornadas sobre “PSICOANÁLISIS, SALUD y POLÍTICAS PÚBLICAS.”
Organizadas por la Cátedra Libre Oscar Masotta

Los días 13, 14, y 15 de octubre, en el anexo de la Facultad de Psicología (ituzaingo esquina corrientes)

Participarán: Liliana Baños, Marisa Germain, Sergio Zabalza, Aritz Recalde, Luis Giunipero, Ana Serra, Alicia Alvarez, Miguel Ferrero, Liliana Alvarez, Victor Rabito, Silvia Lampugnani, Jorge Gomez, Fernando Aguirre, Roberto Navarro, Marcos Esnal, Iris Valles, Silvia Grande, Betina Monteverde, Gerónimo Ferreira, Dario Blus, M. Daniela Martini, M.Inés Kolly, Elsa Martin, Wanda Donatto, Mariela Cantero, Analia Ortega, Andres Palavecino, Juan Cruz Catena, Efimia Lagiu, Norma Valentino, Carina Capeletti, Alfredo Moffat, Poriajhú, Escuela 551, Hospital Escuela de Salud Mental de Paraná, José Alberdi, Alejandro Manfred, Alvaro Labarrere.

PSICOANÁLISIS, SALUD y POLÍTICAS PÚBLICAS.

Desde la Cátedra Libre Oscar Masotta te invitamos a las Jornadas sobre “psicoanálisis, salud y políticas públicas”. En el intento de generar un espacio común donde podamos pensar ciertos discursos que circulan en torno al psicoanálisis, entre aquellas demandas que nos sitúan ante la tentación de que una ética desfallezca “psicologizando” aquello que no es pertinente (iatrogénicamente) y las posiciones excesivamente “cautelosas”, que se repliegan adorando el bello ideal de un pretendido “oro” psicoanalítico, al que en no pocas situaciones, se le han adosado una serie de prejuicios que encarnan posiciones ideológicas veladas, no reconocidas como tales, aggiornadas con lenguaje Psi.

Sabemos que desde hace tiempo nos cuesta estar a la altura de una mínima discusión respecto a lo que sean políticas públicas, al trabajo con otras disciplinas, e incluso discutir las razones que nos damos para los modos de trabajar que venimos llevando adelante.

El “lenguaje” del que nos servimos, reducido a la mera consigna, sólo puede servir para “comunicarnos” entre nosotros en el mal-entendido. Las generalizaciones: “el Estado”, “el Mercado”, “el Discurso Médico”, sirven más para tapar nuestra ignorancia sobre la historia de esas prácticas, los matices, las diferencias, los tipos de problemas que se construyen, antes que constituir un saber en sí, que sea útil para soportar una práctica.

Ciertamente, el fenómeno de la Escolarización del Psicoanálisis precisa de esquematismos para ser eficaz. Así, por ejemplo, se permite reducir décadas de producción con la frase: “los pos-Freudianos habían errado el camino”.

Eso nos coloca en la opción de "construir un estilo" en un recorrido singular mediante distintas transferencias, o la incorporación mimética impostada para seguir sosteniendo "la escuela" y al maestro. Eso es “lo universitario”, y no que estemos en la universidad.

No obstante, quizá la escolarización del Psicoanálisis comienza a ver comprometida su continuidad, al menos en solitario. Lo que se llamó Escuelas Psicoanalíticas, que sabemos, buscaban la anhelada transmisión y no la pueril enseñanza han implosionado, metáfora, que en tanto edilicia, podríamos ajustarla a que buscaron alquileres menos costosos. ¿Esto es bueno? Aún no lo sabemos.

Se sabe que no suele tener el mismo tenor afectivo lo que se enuncia desde el “conocimiento” histórico, que aquello que además permanece ligado a una vivencia. Lo mismo sucede entre la impostura universitaria que ritualiza un saber y le da el valor de un ideal, y cuando el responsable de una práctica puede dar cuenta de una experiencia, de un trabajo, de los obstáculos, dando cuenta de la dificultad en el registro de las condiciones materiales, históricas, legales, ideológicas en las que un trabajo es posible.